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CURSOS DE VERANO UPV/EHU

¿Dónde está la competencia motriz?

La Real Academia Española recoge en una de sus acepciones que ‘encrucijada’ significa situación díficil en la que no se sabe qué conducta seguir. De ahí probablemente, el titular del curso que tuvo como objetivo encender el debate en torno a la educación física para buscar soluciones metodológicas, ya que en 2007 se redujo el número de horas de la asignatura en las aulas de primaria y secundaria. El 16 de octubre de ese mismo año se aprobó el Decreto 175/2007 por el que se estableció el currículo de la Educación Básica que se implantó en la Comunidad Autónoma Vasca. Este currículo, entre otras cuestiones, reducía las horas de la materia de la educación física.

¿Debería estar la educación física en selectividad? Interrogantes como éste planteó Raúl Martínez, de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la UPV/EHU, para que los interlocutores reflexionaran acerca de si realmente la educación física es relevante o no. Dedicó su ponencia a analizar exhaustivamente el último Decreto de la Educación Básica. Explicó que en estos momentos es una norma que funciona en detrimento de la educación física porque “se presenta como el juego del póquer”. El símil empleado durante toda la jornada indica que la distribución de la carga lectiva entre las asignaturas conforman el ‘juego de suma cero’. “Es decir, pasa como en el póquer, donde hay una bolsa de fichas que se reparte entre los jugadores cuyas ganancias crecen o menguan en función de su habilidad para dominar a los adversarios”.

El artículo 7.1 hace referencia a las competencias básicas que constituyen la combinación de conocimientos, destrezas y habilidades, actitudes y valores adecuados al contexto para que el alumnado alcance su realización y desarrollo personal, para la ciudadanía activa y la integración social. El 7.2 menciona una serie de competencias pero deja fuera la competencia motriz. “Cada vez que leo el nuevo currículo, me parece que está pensado desde y para la educación física a pesar de la ausencia de la competencia motriz como una de las competencias básicas”. Asimismo, añadió que la competencia motriz debería aparecer ya que “el artículo 3.1 dice que la educación básica tiene por objeto el desarrollo de las capacidades del ser humano, citando expresamente las capacidades físicas y motoras”.

Joseba Etxebeste criticó la forma en la que está redactado el Decreto porque “hay un tuti fruti de conceptos nada coherentes y así no hay quien defina la educación física”. Para no desorientar a la ciudadanía, cree que sería conveniente hablar del aprendizaje de conductas más que de desarrollo de competencias. Abogó por un currículo que establezca unos requisitos mínimos iguales dentro de la educación física “dando un margen a las ideologías y adaptada a la nueva tecnología didáctica”. Esto es, Etxebeste considera que todos los centros deben seguir unos mínimos pero que cada uno hará mayor hincapié en unas actividades u otras dependiendo de su ideología. Asimismo, defiende una educación “orientada a la vida cotidiana”. De hecho, ejemplificó los accidentes de tráfico y los laborales. “A través de la educación física también se aprende sobre la existencia de los riesgos”. Por otro lado, incidió en que para que la educación física tenga presencia social hay que pelear.

Miguel Vicente, de la Universidad de León, opina que hay que emplear mecanismos acordes a la educación del momento. “Partiendo del proverbio chino ‘dame un pez y comeré un día, enséñame a pescar y comeré toda la vida’, ¿los chinos enseñarían a los demás a pescar si desaparecieran los peces?”

Miguel Vicente:

“La educación física debería ir hacia terrenos donde lo lúdico no tuviera tanta importancia”

Su ponencia se titulaba ‘educación física como ideología del poder’, ¿a qué se refiere?

La justificación de la educación física, la justificación oficial se refiere a elementos técnicos, de orden pedagógico, que tienen que ver con las funciones que pueden cumplir la educación física como accción educativa. Creo que ese tipo de justificaciones ocultan o invisibilizan las verdaderas funciones de la educación física que son más de orden moral, ideológico y político como el conjunto de la escuela. Lo que yo he querido poner de relieve es dónde se encuentran los elementos críticos e ideológicos de la educación física en función de los patrones dominantes de la cultura. No es un resultado tecnológico de adecuación entre medios y fines sino que es un resultado ideológico de luchas de poder.

¿Por qué se le da cada vez menor importancia a la educación física?

No se le da cada vez menos. Hace 30 años era peor en lo que a reconocimiento social e institucional académico se refiere.

Sin embargo, el último currículo vasco ha tenido una reducción de horas y los alumnos lo ven como una asignatura ‘maría’…

Son caminos que suben y bajan, pero a largo plazo la educación física ha crecido en importancia y en justificación. La ven como asignatura ‘maría’ porque es más resultado de una relación de poder que de una operación de carácter pedagógico para desarrollar capacidades necesarias.

 ¿Qué valores se les interioriza a los alumnos y cuáles se les debería de interiorizar?

La cultura física dominante, la cultura lúdica y la competitiva. Se deberían interiorizar los valores de emancipación y crítica con respecto al uso del propio cuerpo y el de los demás.

¿Cuál sería el currículum de la educación perfecto para la educación física?

Tiene que ser producto de un consenso. Debería ir hacia terrenos sobre los cuales lo lúdico no tuviera tanto protagonismo y se empezara a dar importancia a las actividades domésticas, laborales, la motricidad de la convivencia y de la cotidianeidad.

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