Adelantarse al tumor
El cáncer colorrectal es uno de los más frecuentes entre la población global. En Euskadi, por ejemplo, es el segundo en frecuencia en la mujer, seguido del cáncer de mama, y el tercero en el hombre, seguido de los cánceres de próstata y pulmón. Se diagnostican 2.000 casos nuevos por año y ocasiona alrededor de 800 fallecimientos en el mismo periodo. En este sentido, el curso, que contó con la colaboración de Amgen, MSD y Roche, ha pretendido mostrar los últimos avances en prevención, cirugía y tratamiento.
Este tipo de cáncer se desarrolla a través de las alteraciones genéticas que han sido descubiertas recientemente. Raquel Seruca, doctora en Medicina y líder del grupo de investigación en genética del Cáncer del Instituto de Patología Molecular e Inmunología de la Universidad de Oporto, se centró en el papel de los genes y dio a conocer algunas de sus investigaciones. “Hay un pequeño porcentaje de casos en los que es hereditario, lo que sucede es que la mutación de genes es la responsable de desarrollar los tumores. Existen dos grupos principales de genes, el MMR y el APC”.
Evitar un número mayor de afectados por este tipo de cáncer es posible gracias a que cada vez se hace mayor hincapié en los programas de detección y diagnóstico. Uno de los obstáculos que presenta la enfermedad es que apenas existen síntomas. El profesor de Medicina de la UPV/EHU Luis Bujanda Fernández mencionó algunos de ellos. “Hacen sospechar la rectorragia, el dolor abdominal o la alteración del ritmo intestinal en personas por encima de los 50 años”. Isabel Portillo, del Programa de Detección Precoz del Cáncer Colorrectal y de Osakidetza, describió las acciones que están llevando a cabo para generalizar la prevención. Dentro de la prevención primaria se encuentra la propia dieta que deben seguir los ciudadanos y dentro de la secundaria el cribado. “Los pólipos en 5-10 años pueden derivar en adenoma y después en carcicoma – en el 70% de los casos- y con el cribado se trata de ver esos pólipos”. Una de las pruebas que se realiza a través del programa es el test de sangre oculta en las heces aunque Portillo añadió que debe ir acompañado de una colonoscopia. Además, explicó que en 2009 comenzó este programa piloto en el que se envía a la población mayor de 50 años una carta junto con un utensilio para hacer el test de sangre oculta y en 2010 llegará a 100.000 personas.“Si en dicho test hay sangre, a la persona se le recomienda que se haga una colonoscopia”. Declaró la necesidad de generalizar estos programas ya que “según investigaciones estadounidenses e inglesas la mortalidad se disminuye entre un 15 y un 33% gracias al cribado”. Una vez que se detecta el tumor, principalmente se recurre a la cirugía sobre la que habló el doctor del Hospital de Cruces, Andrés Valdivieso. “La cirugía es el tratamiento principal del cáncer colorrectal. El objetivo de ésta es conseguir extirpar parcial o completamente el tumor y en algunos casos, el de los órganos adheridos”. Este tipo de intervención suele ser por cirugía abierta o laparoscópica “sin que existan diferencias respecto a la mortalidad pero la laparoscópica ofrece una menor necesidad de analgesia”.
Por su parte, el doctor del Hospital Clínico San Carlos Eduardo Díaz-Rubio, explicó los diferentes tipos de tratamiento, especialmente de la quimioterapia complementaria o adyuvante. Explicó que este tratamiento se lleva a cabo a veces en los estadios II siempre en los estadios III (en el II no hay afectación ganglionar y en el III sí) del paciente “una vez recurrido a la cirugía”.
Otro de los puntos que se trató fue la cirugía y tratamiento del cáncer colorrectal metastásico (estadio IV del paciente) ya que tal y como expuso Valdivieso el 50% de los casos del cáncer colorrectal detectados acaban en metástasis. Díaz-Rubio además, explicó que están investigando nuevos agentes biológicos para tratar la metástasis.
Eduardo Díaz-Rubio: “El tratamiento adyuvante mejora los índices de supervivencia”
¿En relación a la toxicidad cómo puede afectar el tratamiento?
La mayoría de los pacientes, afortunadamente no tienen toxicidad con lo cual, los tratamientos en general se toleran muy bien.
¿Cuál es el índice de supervivencia en los pacientes que además de cirugía requieren de un tratamiento adyuvante?
Depende de los estadios pero estamos al alrededor del 75% de supervivencia al cabo de cinco años. Digamos que el tratamiento adyuvante mejora estos índices en un 15-20% complementando la cirugía.
¿Este tratamiento se puede extrapolar a otros cánceres?
Al cáncer de mama. También en este caso el tratamiento complementario mejora los resultados de la cirugía y es en donde poco a poco se van haciendo tratamientos más individualizados.
¿Se les informa lo suficiente a los pacientes?
Se debería informar más y dar la información adecuada. No es lo mismo poner un papel con un consentimiento informado y que el paciente se lo lea a tener un diálogo con él y dedicarle 15 minutos. Depende mucho de cada hospital, de cada médico y también del paciente.
¿Se están probando otro tipo de fármacos que puedan ser más eficaces y provoquen menos efectos secundarios?
Se está intentando ver si algunas nuevas dianas basadas en conocimientos moleculares pueden tener una mayor eficacia. De momento los resultados han sido negativos y en ese sentido, ahora mismo seguimos utilizando los mismos fármacos que teníamos hace 4-5 años, y yo no creo que en los próximos 4-5 años haya ningún cambio de escenario.
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