Leyes sin 'label'
La palabra crisis está de moda y no sólo en el ámbito económico-financiero, en el educativo o en el político. Legislar en materia de normas y leyes también puede estar padeciendo su propia crisis ya que existe la duda acerca de si las leyes se adecúan a la realidad de un lugar. En este sentido y aprovechando el 30 aniversario del Parlamento Vasco, durante el curso se reflexionó sobre la actividad legislativa. Precisamente, el Parlamento Vasco colaboró en estas jornadas y Montserrat Auzmendi del Solar, Secretaria Segunda de la Mesa Parlamentaria hizo mención a esa posible “crisis actual del ordenamiento jurídico”. Entre los argumentos que expuso como muestra de esa crisis fue la excesiva existencia de leyes. “Hay una multiplicación insostenible de leyes que pueden entorpecer la convivencia del ciudadano”. Para Auzmendi del Solar, las leyes han perdido calidad en tanto en cuanto no son adecuadas para regular, no están expuestas a reformas, no disponen de los rasgos deseables de la coherencia y racionalidad, o no están vinculadas a los principios constitucionales. “A veces, se da más importancia a la interpretación de la ley y no a la redacción, y para mejorar la convivencia de los ciudadanos es necesaria una mejora de la calidad de las normas”. Añadió que habría que reflexionar sobre para qué sirven las normas.
Piedad García-Escudero, Letrada de las Cortes Generales, se centró en la técnica legislativa como garante de la seguridad jurídica que viene recogida en el artículo 9º de la Constitución española. García-Escudero explicó que “la técnica legislativa detecta y analiza los problemas que las leyes puedan presentar y sirven a la seguridad jurídica”. En relación a la calidad de las leyes, García-Escudero considera que hay que dar relevancia a la técnica jurídica -los procedimientos para la elaboración de fuentes para el Derecho- “para obtener esa calidad”. Expuso que la técnica jurídica está dividida en la elaboración y en la aplicación y que es en la primera parte donde “el legislador debe perseguir la claridad y huir de la confusión”. Aboga que el TC haga advertencias en sus sentencias que el legislador pueda tener en cuenta. Especialmente, la letrada defendió que las normas deben estar redactadas con claridad. Por su parte, Xabier Ezeizabarrena, profesor de la UPV/EHU, hizo hincapié en la subjetividad y analizó la calidad de las leyes en su apartado aplicativo. “Para legislar, hay que observar la realidad de cada lugar y hay que pensar dónde encaja la ley. Además, hay que tener en cuenta el aumento de los derechos subjetivos”. En su opinión, cuando hay un grado de subjetividad de los problemas, “no siempre puede solucionar esos problemas el derecho”. Por ello, cree necesaria la participación pública de la ciudadanía ya que “la gente tiene algo que decir”.
Todavía no se evalúan las leyes como tal, ni tampoco en el Parlamento Vasco tal y como afirmó el Letrado del Parlamento Vasco Alberto Figueroa. “Establece cláusulas de evaluación y sólo en 16 leyes de las 334 que hay, y se limita a recibir los informes de evaluación”. Aunque añadió que “por lo menos, estas cláusulas se cumplen”. Considera que “el problema de la evaluación es que puede ser objeto de confrontación política”. Ve necesaria la creación de agencias de evaluación para que el Parlamento se cerciore “del conocimiento de los efectos de las leyes”.
Hoy en día, la calidad de las leyes puede verse mermada por la existencia de normas locales e internacionales. En la Unión Europea (UE), los legisladores y juristas se han encontrado con problemas en las normas europeas ya que se redactan en 23 lenguas. Manuela Guggeis, Jefa de la Unidad de Calidad de los servicios jurídicos del Consejo de la UE, explicó que desde hace unos años existen los juristas lingüísticos que procuran que todas las versiones de normas sean idénticas porque “los daneses votaron no al Tratado de Maastrich porque no lo entendían”.
Xabier Ezeizabarrena: “Las cosas transcurren a tal ritmo que es difícil legislar”
¿Qué determina la calidad de las leyes?
La calidad de las leyes está condicionada por la iniciativa del legislador y por la materia que se pretende legislar. Es importante que el poder legislativo preserve su independencia y su sometimiento al Derecho Internacional, al Europeo y a los Derechos Fundamentales.
¿Con qué obstáculos se encuentra el legislador?
La sociedad, la tecnología, la globalización... Las cosas transcurren a tal ritmo que realmente es difícil que el legislador pueda seguir con eficacia el acontecer de todo.
¿Habría que pensar más en el ciudadano?
Es una cuestión previa que habría que introducir facilitando la participación ciudadana, la claridad semántica y la claridad en los objetivos. Pero esto último tiene sus dificultades porque quienes legislan también tienen sus condicionamientos.
¿Qué provoca que la idea inicial del legislador no se vea reflejada en las normas?
Esto siempre queda al albur de las mayorías políticas y de la participación de los interesados o grupos de presión económicamente poderosos que también quieren intervenir en determinadas decisiones.
En este 30 aniversario del Parlamento ¿Qué balance se puede hacer?
Realmente el Parlamento Vasco ha legislado de manera rigurosa, con apoyo de grandes profesionales del Derecho y los Grupos Parlamentarios han sido responsables a la hora de legislar. Se ha legislado cuantitativamente poco fruto de la atomización política en Euskadi pero es legislación de mucha calidad en materia ambiental o urbanística.
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