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CURSOS DE VERANO UPV/EHU

Edificios clase A

Las emisiones de CO2 a la atmósfera están repercutiendo en el planeta de forma perjudicial. Y los edificios y espacios urbanos artificiales también tienen, en cierta medida, culpa de este fenómeno. Por ello, arquitectos e ingenieros indagan en la búsqueda de fórmulas que permitan edificar de forma más eficiente. Tal y como expuso Mateos Santamouris de la Universidad de Atenas, no hay que obviar el cambio climático porque “en Europa desde los años 60 ha habido un aumento de media de la temperatura en los diferentes países de entre 1 y 10 grados”. Asimismo, explicó que se estima que para 2030 el sector de la edificación será el que más contribuya al cambio climático. Santamouris propone mejorar el microclima de las ciudades. Uno de los ejemplos es plantar más árboles en las ciudades ya que mitigan el efecto invernadero y refrescan el ambiente. “New York en los últimos años ha perdido 175.000 árboles por el mercado del suelo”.

Cada vez es más viable construir edificios y entornos urbanos eficientes ya que las normativas son favorecedoras para ello. Gonzalo Molina, de la UPV/EHU, mostró los diferentes instrumentos legislativos tales como los libros blancos y las directivas. Por ejemplo, mencionó la Directiva de Eficiencia Energética de edificios de junio de 2010. Además, expuso que el Tratado de Lisboa establece que para 2020 habrá que reducir las emisiones en un 20%, emplear un mínimo del 20% de energías renovables y ser eficientes en un 20%. Molina apuesta por ser eficientes siempre partiendo de la innovación y “facilitando políticas y acuerdos voluntarios que propicien la eficiencia”. Jose Luis Molina, de la Universidad de Sevilla, por su parte consideró que debería ser obligatorio que los edificios tuvieran sus certificados de eficiencia y que se analizara si cumplen los requisitos para ser eficientes.

Se sabe de lo fundamental de hacer construcciones eficientes y tanto arquitectos como ingenieros han investigado sobre los materiales y ubicaciones más eficientes. En este sentido, el arquitecto Axel Ritter, explicó el concepto “Edificios Cero y Plus”. “Son edificaciones que recogen energía almacenada por ellos mismos a través de los materiales inteligentes, y éstos pueden generar electricidad y absorber materia”. Algunos de los materiales inteligentes descritos fueron aquellos que cambian de forma, propiedad o color, los que transforman la energía y los que proporcionan un ahorro en luz y agua. Por otro lado, Rufino Hernández de la E.T.S de Arquitectura de la UPV/EHU, mostró ejemplos de edificios en los que se están empleando las envolventes opacas con el objetivo de “reducir el tiempo en el que la caldera está funcionando”. Una de esas imágenes fue la de una serie de viviendas situadas en Sarriguren (Navarra) que contienen fachadas opacas ventiladas que cuentan con una envolvente metálica. Son captadores solares y cuentan con chimeneas de ventilación para equilibrar el calor. Asimismo, la orientación de un edificio puede ser clave a la hora de ahorrar energéticamente. El ingeniero Giorgio Bedin afirmó que las ventanas de un edificio deben estar orientadas al sur-sureste y deben ser grandes. Él dirigió un proyecto de edificar una escuela. Está orientada de esta manera de tal forma que en invierno al mediodía da el sol plenamente en esa parte y en verano da el sol pero hay sombra porque se ha corregido con unas envolventes que le dan la sombra.

En cuanto a la equipación urbana, Tomás Zamora del Instituto de Biomecánica de Valencia subrayó la necesidad de diseñar ciudades para las personas. “Las políticas europeas también deberían ir dirigidas a la calidad de vida de las personas y crear espacios sostenibles y funcionales. Hay que medir si poner por ejemplo un parque en tal zona, mejora la calidad de vida de las personas”.

José Luis Molina: “Tienen que ser los propios usuarios los que digan que quieren edificios eficientes”

¿Desde cuándo ingenieros y arquitectos llevan investigando sobre la eficiencia energética y sostenibilidad?

Relativamente desde hace poco. Yo hice la tesis doctoral en el año 87. En esa época yo puse en la introducción de la tesis que ya era hora de que ingenieros y arquitectos comenzaran a trabajar juntos. Pero simplemente se daba por no pisarse el uno el trabajo el otro. Ese trabajo se va haciendo desde la publicación de la Directiva de eficiencia energética de los edificios que fue en 2002.

¿Qué sucede con los edificios ya construidos hace unos años y que no son eficientes?

Esos edificios son los que consumen la energía. Consumen el 40% de la energía que se consume en la UE. El Ministerio de Vivienda y el de Industria están poniendo en marcha planes de rehabilitación. Pero eso se tiene que transformar de acuerdo con la Directiva. 

¿Las normativas europeas y española permiten la edificación sostenible y eficiente?

Lo exigen y lo favorecen. La directiva es de 2002, que se traspuso en 2006 y se acaba de publicar la nueva que se tiene que incorporar en la legislación española en el 2012. Estamos en una sucesión de endurecimiento de la normativa.

¿Existe entre la ciudadanía una conciencia medioambiental?

Mi idea es que no, desafortunadamente. Todo el mundo sabe por qué se tiene que comprar un frigorífico A. Ahora con los edificios se quiere que se haga lo mismo, pero tienen que ser los propios usuarios los que digan que quieren edificios eficientes y tienen que estar convencidos de que eso le va a reportar beneficios. Hay que promover en la sociedad la inquietud por el ahorro energético y una exigencia de edificios de mejor clase energética. Que no sólo nos vayamos a vivir a un barrio más distinguido socialmente y más bonito.

 

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