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CURSOS DE VERANO UPV/EHU

Doble crisis

La crisis económico-financiera afecta a mujeres y hombres, pero tal y como lo constatan diversos estudios, lo hace mucho más a las mujeres. El Tercer Seminario sobre la discriminación por razón de sexo, que contó con la colaboración de la Defensoría para la Igualdad de Mujeres y Hombres, analizó esta coyuntura económica desde el punto de vista de género. La situación es alarmante, y muestra de ello fueron los datos expuestos por la Directora Ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) Inés Alberdi. Naciones Unidas calcula que la producción económica mundial caerá el 2,6% durante el 2009 y unos 53 millones de personas más podrían quedar atrapadas en la pobreza, además de los 100 millones que fueron empujadas a la pobreza debido al aumento de precios de los alimentos y la energía en los años 2007 y 2008.

Sin embargo, advirtió que las mujeres y las niñas salen peor paradas. “La merma de la demanda de consumo en los países desarrollados y la caída de los flujos de capital han provocado el cierre de fábricas, principalmente del sector textil y electrónico, donde las mujeres representan el 70% de la mano de obra”. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que alrededor de 22 millones de mujeres perderán su empleo y “existe una preocupación justificada de que   la inseguridad y violencia contra ellas se incrementará”. Asimismo, indicó que hay un ascenso de mujeres que ingresa en la industria sexual y más casos de violencia doméstica. Considera que habría que reinvertir en el desarrollo agrícola y rural, que, al enfocarse en las mujeres, como en la mayoría de los productores rurales, los países pueden dejar de depender de los mercados de materias primas y la importación de alimentos.

Anita Nyber, profesora del Centro de Estudios de Género de la Universidad de Estocolmo, realizó el estudio ‘las mujeres en la economía y pobreza’ también afirma que “las mujeres son más vulnerables a sumirse en la pobreza” que entre otras razones, “puede deberse a unos salarios más bajos y más trabajo a tiempo parcial”. Expuso que la UE estableció algunos objetivos adaptar las políticas macroeconómicas, las prácticas administrativas o fomentar los mecanismos de crédito. Pero considera que “los objetivos deberían convertirse en políticas, pero la UE ha optado por investigar para tener indicadores y datos”. Inés Alberdi aboga por que “se incorpore a las mujeres en el diálogo social para combatir la crisis” porque “en el modelo económico empleado, han tenido mayor poder y protagonismo los hombres”. Al hilo de esta afirmación, Mona Larsen-Asp, de la Defensoría de Noruega, expresó que “si las mujeres hubiéramos estado formando parte de ese modelo económico, la crisis habría sido la misma”.

Los países escandinavos son en la actualidad, un ejemplo a seguir en materia de igualdad ya que las defensorías tienen un mayor recorrido en la historia y disponen de un Tribunal de Apelación de la Defensoría que garantiza que sus recomendaciones son de obligado cumplimiento. Asimismo, el proceso de conciencia parece ser mayor porque explicó que en Noruega se están planteando amenazar a empresas que no cumplan con los requisitos de igualdad.

Respecto al derecho, había unanimidad en relación a la afirmación de que las normas de igualdad existen teóricamente pero no se llevan a la práctica. Olga Fotinopoulou, expuso que “la Ley Orgánica de Igualdad se analiza desde el aspecto sustantivo pero no procedimental”. Según Mº Ángeles Barrère, “el derecho tiene como sujeto implícito a un varón blanco porque cuando hay discriminación, el referente es el varón blanco”. Existe una discriminación estructural que perpetúa la división de roles y por ello cree que “el cambio de estructuras en derecho es imprescindible”.

Maite Erro: “Las medidas para paliar la crisis están dirigidas a sectores masculinizados”

¿Cómo está afectando la crisis económico-financiera a las mujeres?

Afectará gravemente a los objetivos de reducción de la pobreza y el empoderamiento de las mujeres. Se ha puesto de manifiesto una crítica a las medidas gubernamentales adoptadas para paliar los efectos de la crisis, en la medida que éstas están dirigidas a los sectores masculinizados como la construcción, las obras públicas y la automoción, omitiendo la realización del preceptivo análisis previo del impacto de género y la oportunidad del desarrollo de infraestructuras de servicios sociales, que contribuirían tanto a la sostenibilidad de la población como a la mejora del empleo en sectores tradicionalmente feminizados.

¿Se sigue dando la desigualdad de sueldos en detrimento de las mujeres?

Sí. El reconocimiento del derecho a la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres por un trabajo de igual valor fue reconocido por la OIT en 1951 y recogido en el Estatuto de los Trabajadores en 1994, no obstante, es en el año 2002 cuando el término “igualdad retributiva” sustituye al de “igualdad salarial”. A pesar de este avance, en los países de la UE las mujeres perciben retribuciones/hora que son, de promedio, un 15% inferior a las de los hombres. En el sector privado, la brecha salarial se estima en un 25%.

¿La sociedad sabe de la existencia de la Defensoría?

Es de nueva creación y carece de referentes próximos en otras Comunidades Autónomas. Pero dado que el número de solicitudes planteadas por parte de la ciudadanía están aumentando, parece que cada vez es más conocida y reconocida su utilidad ante presuntas situaciones de discriminación por razón de sexo en el sector privado.

¿Qué es necesario para conseguir el empoderamiento de las mujeres?

Requiere de toda una serie de ingredientes: la independencia económica de la mujeres, la reducción de la brecha salarial, la participación de los hombres en las tareas y responsabilidades de cuidados, la obligatoriedad por ley de establecer cuotas para las mujeres en los puestos de alta dirección. Y todo ello requiere de mayor conciencia sobre la discriminación estructural y de avance legislativo.

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