La invisibilidad aburre a las mujeres
Liberar el espíritu de la propia persona. Ese puede ser uno de los cometidos de la risa. Reírse es beneficioso para la salud gracias a las endorfinas que se desprenden. Sin embargo, históricamente, el humor no siempre ha sido bien acogido. Por ejemplo, los filósofos de la Grecia clásica interpretaban la risa como una crueldad , ya que consideraban a ésta como el gozo del poder sobre los otros. Tampoco la comedia ha sido aceptada como un género literario prestigioso. Al margen de las vertientes del buen humor, el curso, que contaba con la colaboración de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), pretendió analizar el papel de las mujeres en las artes escénicas.
En un intento por definir el humor, Lourdes Bedia, aseguró entre ejemplos y anécdotas que “la crisis de hoy es el chiste de mañana”. Para la fundadora del grupo Lourviers´, el humor nace del drama. Aunque en un primer momento se pasa mal, con el tiempo el suceso, dependiendo del tono utilizado y la forma en la que se cuenta,lo que antes era un drama finalmente puede resultar gracioso. Asimismo, Bedia expuso algunas de las funciones del humor tales como criticar la realidad, la defensa personal, eliminar tabúes o combatir miedos. Isabel Franc, escritora humorista, añadió en su ponencia que para tener sentido del humor “primero hay que autoaceptarse”.
La mujer ha tenido dificultades de acceso a las artes escénicas y el humor. Una de las artes que parecen patrimonio de los hombres es el humor gráfico. Muchas mujeres que han intentado entrar en este terreno se han enfrentado a la crítica de que se trata de un ‘mundo de hombres’. Jasone Muñoz, directora de Skolastika, aseguró que a pesar de que se desconozcan, también hay mujeres creadoras de humor gráfico: la japonesa Machico Hasegawa, Marge Henderson -creadora de Lulú- o Cathy Guisisewire entre otras. “Lo que nos diferencia en el arte del cómic son la mirada y el trazo. En los gráficos de los hombres, las mujeres siempre tienen connotaciones sensuales, mientras que las mujeres dibujamos personas sencillas”. En el cine, la televisión y el teatro, la invisibilización de la mujer también es importante. En especial si son ellas las productoras. Carmen Urruela, miembro del Grupo Feminista Simona de Beauvoir, reflexionó acerca de analizar el humor y la mujer desde tres vertientes: “como productora, que tiene gran capacidad de ofrecer la realidad, como receptora, que está dispuesta a consumir todo tipo de aportaciones, y como objeto. En esta última, se busca la complicidad del espectador, que no de la espectadora porque las mujeres nos hemos acostumbrado a reírnos con la risa de los hombres”.
A modo de conclusión, Aintza Uriarte y Arantza Iurre, actrices de simulacro que han realizado diversas investigaciones desde 2006, apostaron por la paridad como criterio cultural.
Virginia Imaz: “Nos hemos reído históricamente de un montón de gracias masculinas”
¿Tiene género el humor?
Es mi forma de concebirlo. En la medida en que los hombres y las mujeres nos educamos en los mismos referentes culturales nos reímos de lo mismo. Un chico euskaldun y una chica euskaldun seguro que tienen cosas en común de las que reírse que no compartirían una mujer de aquí con una de Madagascar. Sin embargo, también hay otros referentes porque una mujer de aquí y una mujer de Madagascar también tendrán cosas en común de las que reírse y compartir.
¿De qué se ríen las mujeres?
Nos hemos reído históricamente de un montón de gracias masculinas. Pero en los útlimos tiempos hemos encontrado cómo reírnos de nosotras mismas. Hay cuatro ejes importantes: Nos reímos de nuestro cuerpo, del anhelo de buscar un cuerpo perfecto que la mayoría de las mujeres no consigue. También nos reímos de nuestras relaciones afectivas, entre las que se encuentran primordialmente la pareja y la familia. Asimismo nos reímos de las dificultades para combinar la vida privada con la profesional.
¿Qué dificultades de acceso existen para las mujeres a las artes escénicas?
El acceso en sí mismo es muy complicado. Tienes que salir de casa, te expones a espectadores, y además simulas que estás en otro lugar público simbólico. Y las mujeres siempre hemos tenido vetado el acceso al ámbito público. Otra de las dificultades es que históricamente la profesión se ha devaluado. Se decía que las que hacían teatro eran maleantes y prostitutas. Aquí en España hubo una ley en la que las mujeres podían hacer teatro si estaban casadas, porque se suponía que estar casadas cortaba las alas al libertinaje. También se dice que la pobreza tiene cara de mujer porque poseen pocas propiedades. Y hacer una obra de teatro es también producirla y en ese sentido las mujeres históricamente han visto en esto otro obstáculo. Asimismo, por educación nos han metido siempre en el drama además que el teatro importante siempre ha sido la tragedia. El humor transgrede y a nosotras se nos ha educado para la sumisión.
¿Por qué hay menos mujeres cómicas conocidas que hombres cómicos?
Desde siempre la mujer está invisibilizada, y a pesar de que hasta hace poco no las había, ahora que las hay parece como si no existieran. Llevo 26 años en esta profesión y cuando voy a los estrenos veo que suelo ser la única mujer y me ponen en los peores horarios.
¿El humor es innato o se aprende?
Los niños y niñas nacemos con la capacidad de reír y de encontrar el humor. Todo depende de la genética, las vivencias, de si eres un sufridor. Pero se puede aprender, o mejor dicho, recuperar. Ah, y las mujeres pueden aprenderlo mucho más.
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