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CURSOS DE VERANO UPV/EHU

Convivir con las emociones

Alegría, tristeza, agresividad, miedo... Los seres humanos sentimos y padecemos, reaccionamos ante las diferentes situaciones de la vida y por supuesto, manifiestamos nuestras emociones. El problema es que las emociones no siempre se manejan de forma idónea en las relaciones interpersonales. Por ello, el cometido del taller fue enseñar a controlarlas. Carmen Maganto, de la UPV-EHU, definió el concepto de ‘emoción’ como “un estado fisiológico de excitación, estado psicológico de bienestar o malestar y aquellos pensamientos y conductas vinculadas con ambos”. En definitiva, son actitudes afectivas subjetivas; son reacciones a los estímulos externos que cada individuo interpreta. No obstante, no hay que confundir las emociones con los sentimientos ya que estos últimos “se consideran como la experiencia subjetiva de la emoción”.

Entre las características que definen a las emociones, Maganto recalcó que, en principio, ni las hay buenas ni malas. Sólo tienen que ser adecuadas: “Si alguien se alegra por las desgracias de otra persona, hablamos de que esa alegría no es ‘buena’, y, por el contrario, si alguien está deprimido tras una pérdida, se supone que es lo correcto”. Además, destacó que las emociones aparecen a lo largo de la vida, es decir, son evolutivas dependiendo de las vivencias de cada uno y no se heredan, “más bien se contagian”. Asimismo, explicó que las emociones sirven para preparar a las personas para lo que pueda suceder: “Son señales que pueden ayudar a decidir cómo actuar y a vigilar el estado de las relaciones interpersonales”.

Los problemas de comunicación emocionales que dificultan las relaciones en la vida diaria también tuvieron su espacio. Entre los obstáculos comunicativos los más comunes son la emotividad excesiva, la emotividad restringida, los cambios inesperados de humor y la competitividad. Estas dificultades fueron representadas por los alumnos con el fin de aprender a identificarlas y buscar canalizar los malentendidos.

Las emociones pueden convertirse en patológicas primordialmente cuando alteran el bien social. “Algunos estados emocionales negativos son tan intensos que se experimenta una necesidad imperativa de descarga en el exterior que impulsan acciones de venganza, daño y destrucción”, advirtió Maganto. Por ello, el curso también se centró en trabajar y escenificar las emociones positivas y negativas con la colaboración de Carmen Maganto, Maite Garaigordobil y Analía del Valle.

Dentro de las emociones negativas, la tristeza, la envidia, los celos, la agresividad y el miedo son las más conocidas. Si se manifiestan de forma enfermiza requieren de la búsqueda de soluciones tales como el autocontrol, valorarse positivamente a sí mismo, hablar y apoyarse en la gente de alrededor, y en última instancia, recurrir a la ayuda profesional. En el otro lado de la balanza se encuentran la alegría y la felicidad. “La psicología lleva muchos años trabajando las emociones negativas y buscando estrategias terapeúticas para combatirlas. Sin embargo, la psicología positiva plantea que si cultivamos las emociones positivas, desaparecen en parte las negativas y aumentamos la capacidad de ser felices”, aseguró Maganto. Esta razón lleva a pensar en estrategias como sonreír con sinceridad cuando nos encontramos con alguien porque “genera satisfacción”, o cultivar pensamientos positivos sobre la otra persona devolviéndole la dulzura, la escucha, la paciencia. Maganto indicó que para potenciar las emociones positivas hay que transformar lo negativo en positivo y desarrollar el optimismo, una habilidad que ayuda a ser feliz.

Maite Garaigordobil: “No podemos saber quiénes somos sin la ayuda de las personas que nos rodean”

¿Cómo podemos superar los problemas de comunicación en las relaciones interpersonales?

En primer lugar es importante identificar las propias dificultades de comunicación, poder expresarlas y aprender estrategias de comunicación y relación. No es lo mismo tener problemas de comunicación por la ausencia de habilidades o tener un tipo de comunicación muy agresiva que genera choques en las relaciones interpersonales. Para aquellos que tengan algún tipo de problema asistir a un curso de habilidades sociales que permita a la persona desarrollar destrezas puede resultar beneficioso. Cuando los problemas de comunicación son muy graves se requiere de la ayuda de un profesional. Por otra parte, los bloqueos en relación a los sentimientos pueden ser por falta de habilidad o por miedo a la reacción del interlocutor.

¿En qué consiste la teoría de los espejos comentada en el taller?

Necesitamos espejos para ver ciertas partes de nuestro cuerpo como la espalda. Asimismo no podemos saber quiénes somos sin la ayuda de los espejos que en este caso son las personas que nos rodean. En síntesis, nuestra identidad, autoestima, autoconcepto... depende en gran medida de las imágenes que nos devuelven de nosotros mismos las personas significativas de nuestro medio social.

¿Por qué es difícil controlar nuestras emociones?

Porque la emoción es una reacción fisiológica derivada del cerebro emocional y sólo posteriormente es una reacción cognitiva derivada del cerebro cognitivo. Para cuando la razón procesa muchas veces la emoción ya se ha expresado corporalmente. Con el entrenamiento podemos aprender en cierta medida a controlar la reacción física antes de que ésta se exteriorice.

¿Qué repercusión tiene la educación en nuestras emociones?

Mucha. Las emociones se pueden educar y el contexto educativo puede ser importante a la hora de fomentar el desarrollo socio-emocional de los niños y adolescentes. Se pueden estimular sus capacidades de comunicación, de expresión emocional, de  empatía... Del mismo modo también en la vida adulta es posible reeducar nuestras emociones aprendiendo a expresar emociones positivas y a controlar las negativas.

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