Adquirir competencias básicas
“Evaluar para aprender y luego enseñar”. Así dio comienzo Leonor Cariola, miembro de Sistema de Medición de la Calidad de la Educación (SIMCE), a su intervención. Una afirmación que ha sido referente a lo largo del curso organizado en colaboración con el Departamento de Educación, Universidades e Investigación del Instituto Vasco de Evaluación e Investigación Educativa (ISEI-IVEI). Es común hacer hincapié en que los profesores no sólo deben preparar a los alumnos para que superen un examen. Por ello, se pretenden impulsar las evaluaciones censales y de diagnóstico. Este tipo de evaluaciones ya ha sido probado en lugares tan dispares como Alberta (Canadá), Chile y Andalucía. Al fin y al cabo, la evaluación es la mejor herramienta para medir el potencial estudiantil.
Cariola destacó la necesidad de evaluar a los alumnos como apoyo al sistema educacional y “para diagnosticar el rendimiento y aprendizaje”. Los centros educativos y Departamentos de educación clasifican las evaluaciones en función del objetivo que se persigue. Por un lado se encuentran la evaluación censal y la muestral, y por otro, la externa, la interna y la mixta. La censal engloba a todos los estudiantes mientras que la muestral, tal y como indica la palabra, a una parte de la población. Las externas son pruebas preparadas por órganos externos a la escuela, y las internas son evaluaciones del propio centro. “No hay exámenes mejores o peores, todo depende de las características a medir y de las intenciones meditadas. Sin embargo, en mi opinión, cuando realizamos una evaluación censal hablamos de datos más fiables y certeros porque no excluyen a nadie”.
Antonio Benitez, juntero de Andalucía, expuso el sistema de evaluación censal y externo que se lleva aplicando desde octubre de 2006 en 5º de primaria y 3º de secundaria en los colegios de Andalucía. En su ponencia aseveró la necesidad de desglosar y dimensionar las competencias a partir de las cuales los alumnos puedan salir de la escuela con unos conocimientos mínimos adquiridos e interiorizados. “Como primer planteamiento hay que determinar y evaluar las competencias básicas para garantizar una mejora del aprendizaje. En definitiva, hay que potenciar el currículum flexible y no acumulativo porque los estudiantes deben estar preparados para la vida”, sentenció.
En la Comunidad Autónoma Vasca no se ha aplicado todavía ninguna prueba. Sin embargo, Josu Sierra, miembro del ISEI-IVEI, vaticina que, a partir del 2009 se pondrá en marcha un proyecto de evaluación censal y de diagnóstico entre los alumnos de 4º de EGB y 2º de la ESO. Este proyecto permitirá dar un margen de dos años a los centros para ayudar a esos alumnos más rezagados antes de finalizar cada etapa. “Es un reto que puede servir para mejorar el rendimiento de aquellos estudiantes que tengan carencias, ya que, después de las pruebas se pretende administrar un plan de mejora en relación a las competencias básicas de aprendizaje”. Los responsables encargados de vehicular el proyecto son ISEI-IVEI, la dirección de innovación educativa -Berritzeguneak- y la entidad de inspección de educación. No obstante, se presenta una dificultad añadida a la ingente cantidad de recursos que van a precisarse: “El Gobierno exige que se escojan por concurso público las empresas que se encargen de contratar personal que redacte y corrija los exámenes. Esto supone una gran incertidumbre porque puede suceder que haya años en los que no haya evaluaciones”.
Josu Sierra : “Proponemos una prueba externa que va a ser la misma para todos”
¿Cómo es que hay un decreto en vigor en el que se propone emplear el diagnóstico de evaluación y no se ha llevado a cabo?
La Ley Orgánica de Educación marca que tiene que llevarse a cabo como muy tarde en 2009. Es un decreto de currículums, no de evaluación. Ahora en septiembre aparecerá una orden en la cual se dictará que habrá que emplear este tipo de sistema.
¿Qué implicaciones técnicas trae este tipo de evaluación?
Terribles. El modelo que hemos escogido, que va a ser una evaluación externa combinada con una interna voluntaria, exige resolver problemas técnicos muy serios y como es la primera vez, no sabemos cómo va a salir todo esto.
¿En qué difiere al sistema de evaluación tradicional?
Hasta ahora cada profesor utilizaba las pruebas como quería. Tenía la referencia solamente de su aula, su centro. Además, nosotros queremos medir competencias básicas no currículums. Proponemos una prueba externa que va a ser la misma para todos y las condiciones de aplicación son iguales para todo el mundo. Hablamos de una prueba aplicable a todo el mundo que no hace ninguna distinción.
¿No considera que con esta prueba sólo hay orientación pero no garantía de adquirir conocimientos porque seguimos hablando de exámenes escritos y no de pruebas orales?
Al ser 35.000 alumnos y al ver que estas pruebas suponen un gasto económico terrible, no podemos hacer pruebas orales. Pero este tipo de exámenes quedan en manos del profesorado, del centro. Nosotros establecemos unas pautas y pruebas orales para que las hagan los colegios. Es la parte interna de la evaluación que proponemos, que sirve para cubrir y medir aquello que desde el exterior nos resulta complicado.
¿Cuál es la reacción de los directores y docentes a este modelo de evaluación?
Todavía no sabemos la reacción porque no se ha llevado a cabo. Es verdad que se oyen opiniones de todo tipo pero como hablamos por el momento de un proyecto habrá que esperar.
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