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CURSOS DE VERANO UPV/EHU

La moral perdida

En la actualidad, la sociedad está inmersa en una crisis financiera y económica. Pero también los valores de las personas lo están y esto se ve reflejado en los más jóvenes. Para José Luis García, de la UNED, “hay una ausencia de valores derivados de la democracia débil y de una educación cada vez más permisiva”. García planteó en su ponencia que erróneamente se equiparan los Derechos Humanos (DDHH) a los valores cuando “los derechos se fundamentan en la ley y los valores en la moral”. Por su parte, Gonzalo Vázquez, de la Universidad Complutense de Madrid, explicó que “los valores siempre están en crisis aunque así podemos replanteárlos”. En palabras del profesor, la actual crisis no es de valores sino de espíritu donde se da más importancia a “gozar y gastar todo al instante”. En definitiva, considera que la educación debe ir enfocada hacia las competencias humanas.“Educar supone crear potenciales. La competencia no se limita a elementos cognitivos, abarca también, aspectos funcionales, cualidades interpersonales y valores éticos”.

La docente Petra Mª Pérez, de la Universidad de Valencia, fue la encargada de describir los valores en la infancia y adolescencia. Según Pérez, el proceso de interiorización de valores en los niños se da en las condiciones sociales en las que se crían y educan y “permanecen durante toda la vida sirviendo como modelo”. “Esta adquisición se completa en la adolescencia donde el individuo aprende a ser humano en un entorno cultural”. Explicó que, en los jóvenes, la socialización en valores se da a través de los padres, la escuela, los medios de comunicación y los grupos sociales. Subrayó que hoy en día la socialización mediante los grupos o los medios de comunicación puede generar contradicciones en esa adquisición. “Los adolescentes buscan en los grupos referentes de autoestima y les copian por miedo a no tener amigos. Por otro lado, los jóvenes están aprendiendo a comportarse a través de las series, se identifican con personajes o programas como ‘Física o Química’”. Por ello, Pérez distingue la socialización de la educación y alerta de que “la televisión no refleja ninguna historia que fomente el altruismo ni la empatía”. También añadió que los adolescentes de hoy en día le dan relevancia al culto al cuerpo a consecuencia de los medios de comunicación. “A los jóvenes hay que hacerles ver que pueden perder el cuerpo bello y joven si tienen malos hábitos y por supuesto, hay que desarrollar creencias adecuadas en relación a los valores”.

Según algunas investigaciones vertidas por Pérez y tal y como coincidieron todos los ponentes, los jóvenes interiorizan los valores como la honradez y la tolerancia pero no tanto los de responsabilidad y esfuerzo. Según Gonzalo Vázquez, hay que educar en optimismo, esfuerzo y responsabilidad porque los tres constituyen “la construcción humana y el compromiso con el futuro”. “El optimismo se traduce en decir a los alumnos ‘tú puedes’”, aseveró. Respecto al esfuerzo y la responsabilidad, destacó que debe educarse de tal forma que se demuestre que llegar a la meta supone trabajárselo. “Hay que inculcar la perseverancia y la tolerancia a la frustración, así como promover la autonomía personal”. Jaume Sarramona, de la Universidad Autónoma de Barcelona, va más allá ya que él consideró que es necesario hacer que los alumnos reflexionen ante diferentes cuestiones para que sepan resolver conflictos, ver cuáles son las consecuencias de sus actos y se pongan en el lugar del otro. Asimismo, hizo hincapié en que los docentes tienen una gran responsabilidad ya que “son un modelo de juicio y comportamiento”. “Los profesores tienen que ser un ejemplo de moralidad. Y aunque no podemos ser neutrales, tenemos que procurar ser imparciales para generar ideales adecuados en los jóvenes”.

Por otro lado, Félix Etxeberria, cree que es necesario apostar por la educación para la ciudadanía que engloba principios como el de la paz, educación cívica y los derechos humanos globales.

José Luis García: “Hay que educar en lo que podríamos llamar la dignidad de la persona”

¿En qué valores se educa hoy en día?

La escuela se ha inclinado por lo que es la creencia práctica de la sociedad. El valor fundamental es el consumo, poseer, tener cosas. Y se piensa, que lo que importa es tener.

¿En qué valores hay que educar?

Fundamentalmente en lo que podríamos llamar la dignidad de la persona. La verdadera felicidad de la persona, es el encuentro con su dignidad, los valores de integridad personal, de generosidad, de entrega a los demás, de altruismo verdadero...

¿Existen principios didácticos para la educación en valores?

Se han publicado bastantes estudios, diría que demasiados. El principio didáctico es el ejemplo, si se da la ejemplaridad, los demás principios son secundarios. Para eludir el tema de que ese es el factor clave, porque cuesta mucho llevarlo a la práctica, los pedagogos estamos ingeniando continuamente otros principios. Pero creo que hay que insistir de una manera determinante que la educación entra por los ojos, no por los oídos.

¿Los profesionales de la educación están preparados para inculcar a los alumnos?

Sí y no. Este afán, llamémoslo facilón, se ha traspasado a muchas escuelas de Magisterio y por tanto, se les insiste demasiado en los recursos didácticos y no en las ideas fundamentales. A mí me parece que la formación filosófica del profesorado debería ser más fuerte. Si se diera esa formación filosófica, ética, moral del profesorado, probablemente haría falta insistir mucho menos en aspectos informáticos, didácticos… porque eso se aprende más rápido.

De cara a un futuro, ¿en qué repercutiría en los alumnos el estar educados en valores de competencia humana?

Repercutiría de forma positiva. En que una persona considere que todo lo que hace tiene efectos secundarios. Nada de lo que hace uno es baladí. Todo lo que hacemos tiene efectos secundarios inmediatos. Hay que pensar que por arreglar un problema hoy no significa que no estemos creando problemas para después. ¿Yo tengo que ser responsable porque tengo que estudiar hoy? No, no, tengo que ser responsable de qué supone para mí y los demás el que estudie hoy, de qué estoy privando a los demás si hoy hago esto o no.

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