En busca de respuestas
Los neurólogos que investigan acerca de la Enfermedad del Parkinson (EP), admiten que a pesar de que todavía los tratamientos son los que se usaban en los años 50, ha habido pequeños avances. De hecho, hoy en día saben que la EP es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que va más allá del temblor. Se han llevado a cabo estudios moleculares en el cerebro de algunas de las personas afectadas en los que se ha visto que los agregados proteicos como la serotonina se están extendiendo al córtex cerebral y que la enfermedad inicia antes de que aparezca la enfermedad tal y como se la conoce. Estas explicaciones dadas por Mari Cruz Rodríguez, del Instituto Biodonostia y del Hospital Universitario Donostia, englobaron lo que fue el curso de verano de la UPV/EHU sobre dicha enfermedad.
José Félix Martí, también del Hospital Universitario Donostia, hizo un repaso por la historia de la enfermedad descubierta por Sir James Parkinson en 1817. Explicó cómo se ha descubierto que la enfermedad se produce cuando se da una pérdida de la sustancia negra de las células. Asimismo, mencionó el que es considerado el hito de la investigación sobre la enfermedad, el medicamento denominado levodopa. “Aquellas personas que presentan trastornos motores como la torpeza o el temblor muestran una pérdida del neurotransmisor llamado dopamina y precisamente la levodopa puede considerarse como el equivalente a la insulina en la diabetes”. Sin embargo, añadió que se trata de un tratamiento que tiene efectos secundarios en el paciente y que por ello crearon los fármacos agonistas dopaminérgicos que no dan esos problemas secundarios pero que tampoco han sabido sustituir a la dopamina como lo hace la levodopa. “Es cierto que gracias a la ledovopa los enfermos cuentan con una esperanza de vida mayor en autonomía pero también es cierto que hay riesgos de que estos enfermos acaben padeciendo una demencia y tengan riesgos de caídas por la falta de movilidad”, señaló Martí.
Por otro lado, explicó que hoy en día los expertos sanitarios se están concentrando más en el antes de la enfermedad del Parkinson. “Durante muchos años los neurólogos prestábamos atención a los síntomas motores de la enfermedad. En la actualidad, somos conscientes de la importancia de los síntomas no motores”. Estos síntomas no motores son especialmente, la pérdida del olfato, el estreñimiento, la depresión y los trastornos en la conducta del sueño REM.
Además de la muerte cerebral y los síntomas, otros de los aspectos tratados durante el encuentro fueron el papel de la genética y los biomarcadores -una sustancia que es introducida en un organismo como un medio para examinar la función de un órgano u otros aspectos de la salud- de la Enfermedad del Parkinson. En este sentido, Jordi Pérez del Instituto de Biomedicina de Valencia manifestó que los factores genéticos pueden ofrecer información cierta información sobre si una persona podría desarrollar la enfermedad. En cuanto a los biomarcadores, tanto Alberto Bergareche, del Hospital Universitario Donostia, como Yaroslau Compta, del Hospital Clinic de Barcelona, insistieron en la necesidad de desarrollar biomarcadores para ver qué población está en riesgo. “Sirven para mejorar el diagnóstico, para saber más sobre la enfermedad y para evaluar la progresión de los pacientes”, aseguró Compta.
María Cruz Rodríguez: “No se sabe cuáles son las causas que desarrollan la enfermedad”
¿Se puede hablar de avances cuando hay muchas preguntas que resolver de la enfermedad?
El hecho de que haya muchos aspectos de la enfermedad que no se saben es lo que hace que sigamos investigando y que tengamos poco a poco conocimientos que nos permitan avanzar. Los avances existen pero la complejidad de la materia hace que sean avances pequeños que todavía no han permitido terminar en un tratamiento .
¿Qué influencia tienen la genética y el estilo de vida en el desarrollo de la enfermedad?
De todos los pacientes de la enfermedad del Parkinson sólo un porcentaje muy pequeño que se conoce la desarrollan por causas genéticas. La mayor parte de los pacientes no tienen determinada ninguna causa concreta. En el momento actual no se sabe cuáles son las causas por las cuáles desarrollan la enfermedad. Siempre se baraja la posibilidad de que tengan predisposición a determinados factores ambientales o que sea el estilo de vida el que que influya.
¿Cuáles son las vías de investigación a seguir?
Está totalmente abierto el campo de investigación para investigación en pacientes empleando distintas aproximaciones de imagen, fisiológicas, bioquímicas; y empleando aproximaciones en la modificación de células, en la investigación animal, tóxicos genéticos… La investigación tiene que seguir todas las vías porque todos los datos son complementarios.
“Bizimoduak eragin dezake”
¿Qué consejos hay que dar a los familiares?
Que integren la enfermedad pensando que el afectado tiene que llevar una vida lo más normal posible. El enfermo tiene que intentar hacer las cosas por sí mismo y no pensar que es una persona que no vale para nada. En el caso de que la enfermedad ya estuviera avanzada, tienen que adaptarse a las condiciones del paciente, si el paciente ya no puede caminar, tienen que tomar con normalidad aquello que le pasa y nunca como un trauma o desgracia. Si no puede andar, se utiliza una silla de ruedas y se intenta que lleve una vida lo más parecida a la normal. Los mejores ejemplos los tenemos en la gente que han sufrido accidentes y sufren paraplejia. Son personas con afán de superación y que con el apoyo de la familia han intentado hacer una vida lo más parecida a la normal. Hay que tener el pensamiento de que “no puedo hacer las cosas que hacía antes, pero puedo hacer muchas cosas”.
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